Richard Hoover , investigador del Centro Espacial Marshall, explicó en un informe publicado en la revista especializada Journal of Cosmology que los restos pertenecen a cinobacterios y procariotas extraterrestres.
“Los complejos filamentos hallados en el interior de los meteoritos son los restos de microfósiles indígenas de cinobacterias y otros procariotas. No son contaminantes terrestres, sino restos fosilizados de organismos vivientes que existieron en los lugares de origen de estos meteoritos, por ejemplo cometas, lunas y otros cuerpos celestes”, destacó.
Al parecer, los elementos se aferraron a la matriz de la roca del meteorito del mismo modo en el que algunas cinobacterias terrestres acuáticas lo hacen con elementos como el barro o la arcilla.
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