Pero ella le dijo que no a Luismi y no porque le faltara apetito sexual. En una entrevista íntima con la revista Hombre habló sobre sus fantasías sexuales y de todo lo que es capaz en la cama.
Ahora está de novia, pero hubo una época en que Noelia tuvo el corazón roto y no dejó títere con cabeza: “Sólo descreía del amor, luego podríamos decir que sacié toda la sed que tuve hasta ese momento; hice todo lo que mis fantasías, curiosidades y dudas femeninas me dictaban desde mi cabeza. Y sí, mis ansiedades sexuales fueron satisfechas por completo.” Y le dio vía libre a la imaginación: “Cualquier figura que maquines en la cabeza lo hice.”
En sus relaciones, aclaró que le gusta dominar las situaciones de pareja, pero todo cambia dentro de “cuatro paredes quiero que me digas ‘¡Sos mía!’” y que desde ahí domine el hombre.
La pasión siempre está presente para Noelia hasta en un simple beso. “Es imposible que si te beso apasionadamente no terminemos vos desnudo y yo con el corpiño corrido como a mi me gusta”, confesó.
Como a muchas de las chicas, la previa es fundamental: “Tardo más en desvestirme pero porque me gusta, entre otros juegos, el de la peleíta cuando lo único que queda es la ropa interior. Hacer una pequeña resistencia sensual para evitar que te saquen la tanga es algo que me mueve la aguja un montón, sobre todo cuando en lugar de sacarla podés correrla”.
Pero para que sirve toda esta información si no la podés conquistar y ella da pistas qué hay que hacer para estar a su lado: “No me va ni un poco la cuestión de la conquista tradicional ni la cultura del chamuyo ni la cursilería. Si me gustás intento que te des cuenta: te fulmino mirándote, me toco el pelo, paso al lado tuyo, te rozo; y si no te diste cuenta me acerco y ya… Lo he hecho”.
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