El equipo de Tabárez venció 3-0 a Paraguay y levantó su 15ta. Copa América. Suárez, la figura del torneo, abrió el marcador. Forlán cortó su sequía y anotó dos. Arriba la Celeste!!!
Más que nunca, arriba La Celeste. De la mano de un maestro y con los goles de un delantero sensacional como Luis Suárez, Uruguay vuelve a gritar campeón en la Copa América tras vencer en la final 3-0 a Paraguay para convertirse además en el más ganador del continente.
Suárez, el jugador del torneo, abrió el marcador a los 11 minutos. Y para que la fiesta sea completa, Diego Forlán terminó con su maleficio justo en el momento en que su equipo lo necesitaba para estirar la ventaja, sobre el final de la primera mitad, y sentenciar una goleada más que merecida cerca del epílogo.
El 15° título en Copa América de Uruguay es el premio para una generación de jugadores que recuperó un linaje que posicionó al fútbol charrúa en los primeros planos y que se había perdido en el comienzo de este siglo.
Es la segunda vez que Uruguay se consagra en tierra argentina. El primer grito de la Celeste fue en 1987 cuando derrotó 1-0 en la final a Chile, luego de eliminar en semifinales a la Argentina de Diego Maradona, que venía de ser campeón mundial en México ’86.
Uruguay afrontó el partido con el carácter que exige una final. Si en el torneo no había mostrado una actitud ambiciosa y había priorizado el orden, el equipo de Tabárez esta vez paró sis líneas en campo rival y sometió a Paraguay desde el pitazo inicial.
En cinco minutos, La Celeste había reunidos méritos como para ponerse en ventaja. Y a los 11 minutos, Suárez – el jugador de la Copa – recibió sobre el vértice derecho del área y tras imponer su habilidad definió cruzado para superar a Justo Villar.
Con la ventaja a su favor, el equipo de Tabárez se tomó un respiro y aflojó con la presión que asfixió a su rival en los primeros 15 minutos. Sin embargo, Paraguay nunca pudo meterse en partido y perdió el duelo en todos los sectores del campo.
Haedo Valdéz y Zeballos quedaron aislados de un mediocampo que se vio superado físicamente. No logró acoplarse para inquietar a la sólida estructura uruguaya, pero tampoco retrocedió a tiempo para agruparse en la contención.
La jugada que derivó en el segundo tanto fue una síntesis de la impotencia paraguaya ante la clara superioridad rival. Ortigoza recibió de espalda cerca de su área. Pero nadie lo auxilió y en su intento por girar para buscar el pase, fue sorprendió por Arévalo Ríos. El volante ganó en la presión y habilitó a Diego Forlán para que el delantero termine con su sequía personal justo en la final.
Y la frutilla del postre llegó cuando el partido se desvanecía y con los suplentes uruguayos festejando en el borde del terreno de juego. Un contragolpe sacado de los manuales del fútbol, tuvo como protagonistas a Cavani, quien ingresó en los últimos minutos para habilitar al tremendo Suárez. El delantero del Liverpool se la bajó de cabeza a Forlán para que Cachabacha sentencie la historia.
FUENTE:A24
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