Hace exactamente dos meses, el médico personal de Amy Winehouse reveló que su paciente estaba al borde de la muerte, si continuaba con su estilo de vida. Y, a pesar de sus advertencias, nada pudo hacerse para salvar a esta cantante que ahora se convirtió en leyenda.
El doctor que atendía a la cantante Amy Winehouse, del cual se resguarda su nombre, le había puesto un ultimátum por su salud. Le dijo que si no dejaba sus adicciones (drogas y alcohol) podría llegar a morirse.
“Es la última chance para Amy. Los doctores se pusieron duros con ella por lo severa de su situación. Es una triste realidad, pero ella tiene que escucharlos”, había dicho una fuente cercana a la artista al diario británico The Sun, dos meses atrás.
Esta no es la primera vez que a Winehouse le llaman la atención por su comportamiento en la clínica de rehabilitación The Priory, donde trató de curarse entre 2007 y 2009.
Amy esperaba poder solucionar sus problemas para estar al lado de su pareja y para poder hacer los shows que tenía pautados en Europa, más precisamente en Serbia, Grecia, España, Italia, Suiza, Polonia, Hungría y Rumania.
Sin embargo, sorprendió la noticia de que Winehouse se encontraba muerta en su departamento de Londres.
Ya en 2007 Winehouse estuvo al borde de la muerte, después de haber ingerido un cóctel de drogas. En 2008 estuvo nuevamente hospitalizada.
Cuando se retiró durante ocho meses a una isla del Caribe sus fans esperaban que se recuperara. Pero hace pocas semanas fue internada nuevamente en una clínica de Londres especializada en problemas psiquiátricos.
Su concierto en Belgrado a fines de junio iba a ser el comienzo de una nueva etapa. Pero si se veían con atención las imágenes de la delgada, inestable, borracha y autodestructiva cantante se podía temer ya lo peor.
FUENTE:TELESHOW
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