El magistrado tomó la decisión tras comprobar que no existió delito, sino una presunta infracción al Código Aduanero, informaron fuentes judiciales.
Testigos que participaron del operativo en el que se secuestraron armamento y fármacos coincidieron en señalar que lo incautado no estaba oculto ni en dobles fondos, sino en bolsos y cajas junto al resto de los elementos que se encontraban a la vista en el avión.
Los voceros explicaron que para que haya delito de contrabando "se requiere el ocultamiento" de lo que se intenta ingresar al país, pero esa situación no se dio en este caso.
En cambio, sí se podría estar frente a una infracción aduanera por declaraciones inexactas y transgresiones al régimen de equipaje, pero su competencia de investigación está a cargo de la Aduana, resaltaron las fuentes.
Personal de la Aduana, de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, de la Policía Federal, del Registro Nacional de Armas (RENAR), de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y del Ministerio del Interior que participaron del operativo coincidieron que del avión se secuestraron fármacos, armas y equipos de tecnología porque no coincidían con el manifiesto de elementos autorizados para ingresar al país.
Los testigos precisaron que el armamento secuestrado fueron una de las 24 carabinas que traían -cuyo número no coincidía con el declarado-, seis cañones de fusil que se iban a utilizar para reemplazarlos por otros que estaban en desuso, silenciadores y elementos de visión nocturna.
El avión militar de Estados Unidos llegó el 10 de febrero pasado al aeropuerto de Ezeiza con personal para capacitar a oficiales del grupo especial de la Policía Federal GEOF, en el marco de un convenio de cooperación en materia de seguridad entre ambos países, pero fue demorado por contener material que no estaba autorizado.
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